¿Realmente se necesitan dormir 8 horas?
Necesitamos dormir. Al igual que el aire que respiramos y los alimentos que comemos, es esencial para nuestra salud. Sin él, no duraríamos mucho.
Sin embargo, lo que no está tan claro es cuánto deberíamos dormir.
A menos que haya vivido bajo una roca toda su vida, es probable que haya oído que deberíamos dormir ocho horas cada noche. Pero, ¿es esto realmente cierto?
Siga leyendo para descubrir cómo ciertos factores, como la edad, los genes e incluso las actitudes culturales, influyen en la determinación de las horas de sueño que realmente necesita.
Sueño segmentado
¿Sabías que hasta el siglo XVII era habitual despertarse en mitad de la noche?
Roger Ekirch, historiador de la Universidad Tecnológica de Virginia, descubrió una gran cantidad de pruebas que sugieren que los seres humanos antes de la Revolución Industrial dormían no en una, sino en dos partes.
Este patrón consistía en un “primer” y un “segundo” sueño, con una o dos horas de vigilia justo después de la medianoche. Se cree que el cuerpo humano tiene una preferencia natural por este patrón de sueño segmentado.
Un fenómeno relativamente reciente, ahora tendemos a dormir una vez en un periodo de 24 horas. Erkirch sugiere que la luz artificial y, lamentablemente, los cambios culturales en la actitud hacia el sueño como un “mal necesario” podrían ser los culpables.
Dormir poco influye en la salud, el bienestar e incluso la esperanza de vida.
Sin embargo, una investigación realizada por Ying-Hui Fu, de la Universidad de California en San Francisco, ha descubierto que un pequeño grupo de personas duerme de forma natural mucho menos de lo que se considera habitual.
Conocidos como “durmientes cortos”, los integrantes de esta población son portadores de una mutación genética que reduce su necesidad de un sueño más prolongado.
Para algunas personas, esto significa dormir tan sólo cuatro horas por noche.
La edad
A medida que envejecemos, nuestra necesidad de dormir también cambia.
Cuando somos recién nacidos dormimos mucho: ¡entre 14 y 17 horas para ser exactos! Cuando un niño está en edad escolar, este número se reduce a entre 9 y 11 horas.
En comparación, un adulto mayor sólo necesita unas siete horas por noche.
Ritmo circadiano
Nuestro cuerpo suele saber cuándo debe dormirse y despertarse.
Conocido como nuestro ciclo de sueño-vigilia -o ritmo circadiano-, este inteligente reloj interno nos ayuda a sentirnos somnolientos cuando está oscuro y alerta cuando hay luz.
En general, nuestras necesidades de sueño se estabilizan cuando nos convertimos en adultos jóvenes, alrededor de los 18 años.
En ese momento, solemos empezar a seguir un ciclo típico de sueño y vigilia de unas siete o nueve horas de sueño, seguido de entre 15 y 17 horas de vigilia.
Calidad frente a cantidad
Hoy en día, podemos medir prácticamente cualquier cosa sobre nosotros mismos. Contamos nuestros pasos, nuestras calorías, nuestro ejercicio, ¡y ahora incluso el tiempo que dedicamos a echar esos 40 guiños!
Pero a veces nos obsesionamos tanto con la cantidad que nos olvidamos de la calidad.
Piensa en cómo te sientes al levantarte. ¿Te sientes preparado para empezar el día? ¿O estás cansado y malhumorado? Piensa en cuántas horas has dormido, y trata de ajustarlo la noche siguiente.
Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Está tu dormitorio oscuro y libre de distracciones?
- ¿Dedica tiempo a relajarse antes de acostarse?
- ¿Su colchón matrimonial nuevo y su cama son cómodos y le dan apoyo?
- ¿Intenta mantener un horario de sueño acostándose y despertándose a la misma hora todos los días?
Si puedes responder afirmativamente a todas ellas, estás en el buen camino para conseguir un sueño de calidad.
Todos podemos seguir unos hábitos saludables para mejorar nuestra calidad de sueño y, a su vez, mejorar nuestra calidad de vida.
Entonces, ¿Cuántas horas de sueño son suficientes?
¿Necesitamos realmente ocho horas de sueño? En resumen, la respuesta es no.
Aunque la norma para la mayoría de los adultos es de siete a nueve horas, en realidad todos necesitamos diferentes cantidades de sueño para sentirnos descansados y despertarnos con una sensación de frescura.
Cuando se trata de dormir, todos somos únicos. No hay una talla única para todos.
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